lunes, 5 de octubre de 2015


     En un pueblo muy lejano había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol y el calor, se metio en la casa y se topó con una puerta semi-abierta; lentamente se adentró en ella, y llego hasta un gran cuarto, se dio cuenta que dentro de ese cuarto había mil perritos mas observándolo, como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas. Los mil perritos hicieron lo mismo. Sonrió y les ladró alegremente a uno de ellos, los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando salió del cuarto pensó: “Que lugar tan agradable. Voy a venir más seguido a visitarlo.”

      Tiempo después, otro perrito entró al mismo sitio, recorrió la casa y llego hasta el mismo cuarto, pero a diferencia del primero, al ver a los mil perritos del cuarto se sintió amenazado, ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Empezó a ladrar y vio como los mil perritos le ladraban también. El perrito salió del cuarto y pensó: “Que lugar tan horrible es este. Nunca más volveré a entrar.”
     En el frente de la casa había un letrero que decía: “La casa de los mil espejos. No somos responsables de la cara que tenemos, mas bien de la cara que ponemos. No olvides que todos los rostros del mundo son espejos”